lunes, 17 de agosto de 2009

Vida del Libertador V: 1819-1820‏

Vida del Libertador V: 1819-1820

1819:

El 8 de enero, el prócer De Caicara le avisa a Páez que pronto llegará al Apure con sus fuerzas. El 11, el Libertador llega la boca del Arauca y el 16 llega con su ejército a San Juan de Payara y pasa revista a las tropas de Páez. El 29 del mismo mes, Simón, regresa a Angostura para preparar la instalación del Congreso de Angostura que se lleva a cabo el 15 de febrero y donde Bolívar pronuncia su más célebre discurso con frases como: “...el principio fundamental de nuestro sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela. Que los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad, está sancionado por la pluralidad de los sabios; como también los está, que no todos los hombres nacen igualmente aptos para la obtención de todos los rangos; pues todos deben practicar la virtud y no todos la practican; todos deben ser valerosos y todos no los son; todos deben poseer talentos y todos no los poseen”; “La diversidad de origen requiere un pulso infinitamente firme, u tacto infinitamente delicado para manejar esta sociedad heterogénea, cuyo complicado artificio se disloca, se divide, se disuelve con la más ligera alteración”; “Si el principio de la igualdad política es generalmente reconocido, no lo es menos el de la desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los hombres desiguales, en genio, temperamento, fuerzas y caracteres. Las leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política social”; “El sistema de Gobierno más perfecto es aquel produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”; “...a veces los hombres, no los principios, los que forman los Gobiernos. Los códigos, los sistemas, los estatutos sabios que sean, son obras muertas que poco influyen en las sociedades: ¡hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas!”; “...cuan difícil es dirigir por simples leyes a los hombres”; “Que no se pierdan, pues, las lecciones de la experiencia; las escuelas de Grecia, de Roma, de Francia, de Inglaterra y de América nos instruyan en la difícil ciencia de crear y conservar las naciones con leyes propias, justas, legítimas y, sobre todo, útiles. No olvidando jamás que la excelencia de un Gobierno no consiste en su teórica, en su forma, ni en su mecanismo, sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la nación para quien se instituye”; “Debemos confesarlo: los más de los hombres desconocen sus verdaderos intereses, y constantemente procuran asaltarlos en las manos de sus depositarios: el individuo pugna contra la masa y la masa contra la autoridad”; “En todas las luchas la calma de un tercero viene a hacer órgano de la reconciliación... si el Pueblo de Venezuela no aplaude la elevación de sus bienhechores, es indigno de ser libre, y no los será jamás”; “No seamos presuntuosos, Legisladores: seamos moderados en nuestras pretensiones. No es probable conseguir lo que no ha logrado el género humano: lo que no han alcanzado las más grandes y sabias naciones. La libertad indefinida, la Democracia absoluta, son los escollos a donde han ido a estrellarse todas las esperanzas republicanas”; “Ya disfruta el Pueblo de Venezuela de los derechos que legitima, y fácilmente puede gozar; moderemos ahora el ímpetu de las pretensiones excesivas que quizás le suscitaría la forma de un Gobierno incompetente para él”; “Los gritos del género humano en los campos de batalla, o en los campos tumultarios, claman al cielo contra los inconsiderados y ciegos legisladores, que han pensado que se puede hacer impunemente ensayos de quiméricas institucionales”; “Todos los pueblos del mundo han pretendido la Libertad: los unos por las armas, los otros por las leyes, pasando alternativamente de la anarquía al despotismo o del despotismo a la anarquía; muy pocos son lo que se han contentado con pretensiones moderadas, constituyéndose de un modo conforme a sus medios, a su espíritu y a sus circunstancias”; “El amor a la Patria, el amor a las Leyes, el amor a los Magistrados, son las nobles pasiones que deben exclusivamente al alma de un republicano”; “Moral y luces son los polos de una República... moral y luces son nuestras primeras necesidades”; “Si no hay un respeto sagrado por la Patria, por las Leyes y por las autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo; es un conflicto singular de hombre a hombre, de cuerpo a cuerpo”; “En el régimen absoluto, el Poder autorizado no admite límites... quizás el grito de un ciudadano puede devenir la presencia de un peligro encubierto o desconocido”; “La esclavitud es la hija de las tinieblas: un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción: la ambición, la intriga abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos a todo conocimiento político, económico y civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la Libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia”; “...la felicidad consiste en la práctica de la virtud... las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes...”; “...el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la Libertad... son los Pueblos más bien que los Gobiernos los que arrastran tras sí la tiranía”; “...renovemos en el mundo la idea de un pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso”; “No hay crimen donde no hay ley que mande o prohíba, y la ley dejará ser regla de la conducta del hombre si castigase las acciones que existieron antes que ellas”; “Para formar un Gobierno estable se requiere la base de un espíritu nacional, que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales, moderar la voluntad general y limitar la autoridad pública...”; “Nacidos todos en el seno de una misma Madre, nuestros padres diferentes en origen y en sangre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis: esta desemejanza trae un reato de la mayor trascendencia”; “No aspiremos a lo imposible, no sea por elevarnos sobre la región de la Libertad, descendemos a la región de la tiranía”; “...he pretendido excitar la prosperidad nacional por las dos más grandes palancas de la industria: el trabajo y el saber. Estimulando estos dos poderosos resortes de la sociedad, se alcanza lo más difícil entre los hombres: hacerlos honrados y felices”; “De la libertad absoluta se desciende siempre por el Poder absoluto, y el medio entre estos dos términos es la Suprema Libertad Social”; “Unidad, Unidad, Unidad, debe ser nuestra divisa. Teorías abstractas son las que producen la perniciosa idea de una Libertad ilimitada”; “La verdadera igualdad no existe sino en la formación y delante de la ley que liga y comprende a todos indistintamente; premia y recompensa al virtuoso, al justo, al sabio, al valiente, al honrado, al prudente, al industrioso, al activo, al benéfico; y castiga y reprime al vicioso, al injusto, al inmoral, al cobarde, al temerario, la holgazán y al perezoso”; “El que sirve a su Patria más honrosa y útilmente, merece bien con predilección y debe ser preferido y considerado sobre conciudadanos que no han podido o no han querido igualarlo”; “Haz bien a los otros el bien que quisieras para ti. No hagas a otro el mal que no quisieras para ti; son los dos principios eternos de la justicia natural en que están encerrados todos los derechos respecto a los individuos”; “Con respecto a la sociedad, son deberes de cada individuo vivir sujeto y conforme a las leyes; obedecer, respetar y amar a los magistrados y autoridades constituidas; conservar y defender la libertad e independencia de la Patria, y servirla con todos sus esfuerzos, sacrificándole los bienes, la fortuna, la vida, el honor, y aún la misma libertad personal, si fuera necesario”; “No puede ser buen ciudadano ni hombre honrado el que, olvidando que su familia pertenece más a la patria que a si mismo, descuida la educación de sus hijos. Todo padre de familia está obligado a inspirar a la suya amor a la Patria, a la libertad, a la virtud y al trabajo”; “La sociedad desconoce al que no procura la felicidad general; al que no se ocupa de aumentar con su trabajo, talentos o industria las riquezas y comodidades propias que colectivamente forman la prosperidad nacional”; “Es deber de todo ciudadano vigilar sobre la legítima inversión de las rentas públicas, en beneficio de la sociedad...”; “La seguridad consiste en la garantía y protección que la sociedad concede a cada uno de sus miembros para la conservación de su persona, derechos y propiedades. La libertad pública e individual que nace de este principio está protegida por la ley”; “Muchas naciones antiguas y modernas han sacudido la opresión; pero son rarísimas las que ha sabido gozar de algunos preciosos momentos de libertad”; “Yo imploro la confirmación de la Libertad absoluta a los esclavos como imploraría mi vida, y la vida de la República”; “Sólo la Democracia, en el concepto es susceptible de una absoluta libertad”; “Todo hombre se presume inocente hasta que se le declare culpable”; “Observaréis muchos sistemas de manejar hombres, mas todos para oprimirlos, y si la costumbre de mirar al género humano conducido por pastores de pueblos, no disminuyese el horror de tan chocante espectáculo, nos pasmaríamos al ver nuestra dócil especie pasear sobre al superficie del globo como viles rebaños destinados a alimentar a sus crueles conductores”; “El bien como el mal, da la muerte cuando es súbdito y excesivo”; “Si merezco vuestra aprobación, habré alcanzado el sublime título de buen Ciudadano, preferible para mí al de Libertador que me dio Venezuela, al de Pacificador que me dio Cundinamarca, y a los que el mundo entero puede dar”; “...nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el Poder. El pueblo se acostumbra a obedecerles, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”; “La propiedad es el derecho de gozar y disponer libremente de sus bienes y del fruto de sus talentos, industria o trabajo”; “La industria de los ciudadanos puede libremente ejercitarse en cualquier género de trabajo, cultura o comercio”; “Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la propiedad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consisten en el perfecto goce de estos derechos”; “El derecho de expresar sus pensamientos y opiniones de palabra, por escrito, o de cualquier otro modo, es el primero y más estimable don de la naturaleza. Ni aún la ley misma podrá jamás prohibirlo, y sólo podrá señalarle justos términos, haciendo responsable de sus escritos y palabras, y aplicando penas proporcionadas a los que la ejercieren licenciosamente en perjuicio de la tranquilidad pública, de la vida, honor, estimación y propiedad de cualquier ciudadano”.

El 16 de febrero, Simón Bolívar, Jefe Supremo, insiste en que el Vicepresidente (Zea) debe encargarse del Congreso de Angostura puesto que el Libertador debe dar comienzo a uno de sus planes más titánicos: atravesar la cordillera que separa a Venezuela de la Nueva Granada y liberar a este país, derrotando las tropas que lo guarnecen mientras Morillo está inmovilizado en Venezuela a causa de la temporada de lluvias. Luego, el 10 de marzo, el Libertador llega inesperadamente al Apure con un batallón de ingleses y el 17 sorprende a la división del comandante chapetón Pereira, en La Gamarra, triunfando en el combate pero aún así los españoles logran huir a través del río gracias a una provisión de canoas. El 2 de abril se da la Batalla de las Queseras del Medio. El 23 del mismo mes, después de ocho días de reposo, Simón con el ejército atraviesan el Arauca, se dirigen al Alto Apure y se establecen en el pueblo de Mantecal. Exactamente un mes después, Bolívar convoca a una Junta de Guerra a los jefes del ejército en la aldea Setenta y les explica su plan de invasión al Reino (de Nueva Granada) y el efecto que debía producir sobre el teatro de operaciones. El proyecto fue aprobado. El 27 de mayo desde Mantecal el Libertador emprende la Campaña de Boyacá.

El 4 de junio se incorpora Páez en Guasdalito, tras haber repelido con gran éxito al ejército de Morillo que había emprendido la ofensiva en los vastos Llanos. La táctica de Páez fue irse replegando estratégicamente, confiando en que la fatiga, las enfermedades y los hostigamientos de sus hombres debilitarán las fuerzas españolas. En Arauca los hostigamientos hacen retroceder a Morillo por lo que el General Páez, al mando de 150 jinetes muy bien seleccionados, provoca a las fuerzas de caballería españolas quienes deciden perseguir a los patriotas pero al enérgico grito de “¡vuelvan caras!” los patriotas dan media vuelta inesperadamente y tras una lucha implacable aniquilan al enemigo que se encontraba fatigado. El mismo 4 de junio, Bolívar le da a Páez las mismas instrucciones que le había escrito antes para colaborar en la campaña. El 12 del mismo mes, entra al pueblo de Tame donde se le une el general Santander. Dos días más tarde, después de atravesar por ríos crecidos y sabanas inundadas, el ejército no le queda de otra que acampar en Tame para atravesar los ríos Aricaporo y Ariporo. El 21 de junio, los patriotas acampan en Toche (hoy Moreno), teniendo en cuenta que no se fuese a mojar la pólvora, ni las armas, ni los pertrechos, ni tampoco a sufrir lesiones e inclusive ahogamientos. Al día siguiente, después de pasar dos quebradas y dos ríos entran en la Villa de Pore, capital de la provincia; allí se reúnen con la división de Santander que les dan comida fresca a las tropas puesto que solo venían comiendo carne curada (carne cruda en sal para que no se pudra). Desde Mantecal habían recorrido 600 kilómetros. El 23 cruzan el río Pauto, el 24 entran a Nuchía, el 25 llegan a Morcote, el 26 suben a la Meseta de Chitacova, donde el frío era muy intenso y el 30, Simón, realiza una proclama a los granadinos anunciándoles la marcha del ejército libertador.

El 5 de julio el Libertador atraviesa con su ejército el páramo de Pisba escogido por Bolívar para no tropezar con fuerzas enemigas como habría ocurrido si hubiesen tomado por el camino real de Labranzagrande. El páramo fue un sendero de indios, lleno de obstáculos y de piedras. No pocos llaneros sucumben ante el frío o caen por los filos. Es de tener en cuenta que la fatiga en los páramos produce bastante sueño, por lo que la gente tiende a dormir... sin volver a despertar jamás. El 11 de julio se da la Batalla de Gámeza en la que antes del combate Bolívar le dice a sus hombres: “No podemos retirarnos por el Páramo; debemos vencer o morir”... los realistas son rechazados. El 12, el Ejército Libertador vuelve a sus antiguas posiciones de Tasco para esperar a la Legión Británica y a otros grupos retardados de la marcha sobre el Páramo y mientras tanto reposan y esperan tranquilos la victoria, tal como dice el boletín dictado por el propio Simón Bolívar. El 18 del mismo mes, por un movimiento de flanco, Bolívar y sus hombres se dirigen a Cerinza. Los españoles, para cubrir Tunja, se establecieron en los Molinos de Bonza. El 20, el Ejército Patriota se sitúa frente a los españoles en los corrales de Bonza. El 25 de julio se da la famosa Batalla del Pantano de Vargas que es un hito para la historia patria: el Libertador ha logrado distraer al ejército español por lo que hace un movimiento hacia Santa fe (Bogotá), pero en el Pantano le es cerrado el paso por hombres realistas al mando del general Barreiro. En una de las furiosas descargas de bayoneta, los chapetones logran hacerse de una colina y desde ahí rechazan los embates patriotas los cuales se repliegan en desorden, perseguidos por la caballería española. Sin embargo, la Legión Británica, compuesta por combatientes voluntarios al mando del Coronel Rooke –y por los cuales, años después, el propio Simón tuvo que intervenir en su favor ante el rey británico puesto que iban a ser juzgados por participar en una guerra ajena y frente a España que era vista como un aliado continental europeo por la realeza-, detienen la caballería española y en un magnífico contraataque recuperan la colina en medio de un fuego intenso. Las fuerzas realistas suben columna tras columna de hombres al asalto de la colina. La Legión Británica se ve abrumada ante el número superior de atacantes pero con gran heroísmo no deja de combatir pero comienza a perder terreno, palmo a palmo, sin regalar nada y sin dejar de pelear. La lucha es feroz de ambas partes. El valiente coronel Rooke cae de su caballo herido de muerte pero sus tropas, de una manera heroica, no caen en pánico y siguen combatiendo a pesar de seguir cediendo posiciones hasta que finalmente la colina queda en manos chapetonas. El ejército patriota se encuentra casi rodeado por el enemigo español de quien debe soportar un fuego mortífero de cañones y bayonetas que se encuentran mejor ubicadas en el terreno, produciendo un número considerable de bajas bolivarianas. En este momento El Libertador se dirige al coronel Rondón, a cuyo cargo se encontraba un contingente de caballería, diciéndole: “Coronel, salve usted la Patria”. Los bravos llaneros se lanzan en una carga épica contra el enemigo destrozando primero la caballería enemiga (muy superior en número) y luego la infantería... los patriotas que habían luchado todo el tiempo, electrizados por la gesta de los jinetes, de manera desordenada pero con un gran frenesí se lanzan contra la colina perdida a manos de los españoles y en un abrir y cerrar de ojos la toman, logrando desalojar los cañones enemigos que por la altura que les daba la colina tenían mayor alcance. De haberse perdido la batalla no habría quedado un ejército patriota que pudiera ofrecer algo de resistencia ante las fuerzas españolas en cualquier parte puesto que habrían quedado a merced de los realistas en Cundinamarca y en Venezuela, después de la temporada de lluvias, Morillo no le costaría llegar por todos los llanos venezolanos hasta Angostura, lo que hubiese echado a pique toda la Campaña Libertadora.

Posteriormente, el 4 de agosto, el Ejército Patriota de nuevo distrae al enemigo español, bastante disminuido y el cual se dirigía a marchas forzadas hasta Tunja por el camino de Toca. El 5 del mismo mes, los patriotas toman el pueblo de Chivatá y el Libertador entra a Tunja, donde hace prisionera a la guarnición realista. El 7 de agosto se da la Batalla de Boyacá la cual daría independencia definitiva a Cundinamarca (hoy Colombia) frente a la dominación española. Se debe tener en cuenta que esta no fue una batalla épica a pesar del gran contenido histórico y simbólico que representa. El verdadero mérito de esta victoria es la planificación para la batalla que hizo el Libertador: por sucesivos movimientos de flanco y caballería logra dividir al ejército chapetón en dos partes y de esta manera los cercan, imposibilitándoles cualquier comunicación entre ambas partes por lo que deben rendirse sin dar pelea. Entre los prisioneros se encuentra el comandante realista Barreiro. Para este momento, Simón y su ejército tenían gran fama y el ejército chapetón tenía un imaginario de invencibilidad de sus pares patriotas. Vale la pena mencionar que los jefes realistas como Morillo, La Torre, Pereira y Barreiro no eran cualquiera: fueron hombres seleccionados por la Corona después de lograr con éxito la expulsión del ejército napoleónico y de los moros en Andalucía... se dice que eran los mejores hombres de infantería de la época pero sucumbieron ante el genio de Bolívar y sus aguerridas fuerzas. El 10 de agosto, se ratifica el triunfo de Bolívar quien libera a Santa fe (Bogotá), sojuzgada tres años antes por el ejército de Morillo. Ante la presencia de los patriotas la ciudad había sido abandonada por el virrey. Los santafecinos reciben con júbilo al Libertador quien cabalga junto con Anzoátegui y Santander –que no sabemos por qué si este último no había participado en ninguna batalla-. Se debe mencionar que para este triunfo, Simón Bolívar, tuvo que sortear los inconvenientes que se presentaban por desobediencia de Páez.

El 9 de septiembre, Simón le propone al Virrey Sámano el canje de prisioneros de Boyacá por los ingleses caídos en Portebelo y los prisioneros existentes en Cartagena. Sámano jamás contestó. Dos días después, Bolívar establece una Vicepresidencia en la Nueva Granada, con las mismas atribuciones que tenían en Venezuela. El cargo le fue conferido a Francisco de Paula Santander. El 17 de septiembre, el Libertador pronuncia: “...la educación e instrucción pública son el principio más seguro de la felicidad general y la más sólida base de la libertad de los pueblos...”. El 20 del mismo mes, Simón Bolívar parte hacia Venezuela. El Santa fe muchos creían que él iba a sucumbir en su empresa por liberar de una vez por todas su ciudad natal. Del 4 al 19 de octubre, Bolívar atraviesa por San Gil, Barichara, Girón, Bucaramanga y Pamplona. El 7 de noviembre diría: “Siempre seréis libres porque queréis serlo. El pueblo que combate, al fin triunfa”. Luego, el 11, proclamaría: “La experiencia me ha enseñado que de los hombres se ha de exigir mucho para que hagan muy poco”. El 19 de noviembre, hallándose en Chita (municipio de Boyacá), recibe la noticia sobre al muerte de Anzoátegui y tres días más tarde llega a Pore. El 5 de diciembre entra a Achaguas después de haber tenido una conferencia con Páez, dos días antes. El 11, llega a la ciudad de Angostura, donde es recibido con triunfo y conducido al palacio de Gobierno. El 17 de diciembre, Bolívar propone la creación de la República de Colombia y el congreso la decreta. Esta nueva República sería dividida por tres departamentos: Quito, Cundinamarca y Venezuela (Ecuador, Colombia y Venezuela de hoy). El 24 de diciembre, el Libertador parte de Angostura a la Nueva Granada.

1820:

El 6 de enero, el Congreso de Angostura, ratifica a Simón Bolívar el título de Libertador. El 11, Simón, llega a San Juan de Payara, donde anota: “La suerte de la guerra es impenetrable para los hombres”. El 16, entrega a Sucre las sumas de dinero que ha recibido de Bogotá para que vaya a Saint Thomas a comprar armas. El 24 del mismo mes, llega a Matiyure y el 29 a Guasdualito con las tropas que conduce desde la Nueva Granada. Posteriormente, el 7 de febrero, en San Cristóbal, da instrucciones a Valdés, quien sigue con tropas a la Nueva Granada. El 25 del mismo mes, Simón diría: “La República gana tanto con la destrucción de un realista como con la de un mal ciudadano”. El 8 de marzo, El Libertador, hace una Proclama a los colombianos sobre la unión de los pueblos humanos en la cual reza: “...con anticipación me lisonjeé de vuestra colocación política en la faz del Universo, de la igualdad de la naturaleza, de los honores de la virtud, de los premios del mérito, de la fortuna, del saber, y de la gloria de ser hombres”. El 22, se acerca a la frontera con Venezuela para ocuparse de la futura campaña. El 19 de abril, diría: “...el que manda debe oír aunque sea las más duras verdades y, después de ser oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que producen los errores”. El 20 del mismo mes, el Libertador hace un oficio al Vicepresidente Zea sobre la libertad de los esclavos y exactamente un mes después, en el Rosario, hace varios Decretos a favor de los indígenas, instrucción pública, agricultura y comercio. El 26 de mayo expresaría las siguientes frases: “La educación forma al hombre moral, y para formar un legislador se necesita ciertamente de educación en una escuela de moral, de justicia y de leyes”; “Si hay alguna violencia justa, es aquella que se emplea en hacer los hombres buenos, y por consiguiente felices; y no hay libertad legítima sino cuando ésta se dirige a honrar la humanidad y a perfeccionarle sus suerte. Todo lo demás es de pura ilusión, y quizás de una ilusión perniciosa”; “Sin estabilidad todo principio político se corrompe y termina siempre por destruirse”; “Sufra usted más, y sufra hasta la muerte, que es el destino de los buenos patriotas”. 30 de mayo, diría: “Ciertamente, el oro y la plata son objetos precioso; pero la existencia de la República y la vida de los ciudadanos son más preciosos aún”; el 10 de junio, anotaría: “La paz será mi puerto, mi gloria, mi recompensa, mi esperanza, mi dicha y cuanto es precioso en el mundo”. El 19 de junio es recordado por las siguientes frases bolivarianas: “En los negocios pacíficos con los militares es muy importante ser veterano”; “...la afinidad de principios produce siempre la atracción recíproca en materias políticas”; “Nosotros no debemos ofrecer más que la paz en recompensa de la independencia”. El 22 del mismo mes, expresaría; “...este mundo es una cadena de bienes y de males y no hay cielo sin nubes” y el 23: “La gloria de la patria es vencer o morir”. Tres días después diría: “...las fuerzas... deben unirse y obrar de firme como audacia en el plan y con prudencia en la ejecución... es muy importante premiar a tiempo”.

El 4 de julio permanece en el Rosario hasta fines de mes. El 6 recibe comunicación del comandante chapetón La Torre, proponiéndole, por orden de Morillo, suspensión de las hostilidades. El 27 de agosto, Simón expresaría: “El hombre de honor no tiene más patria que aquella en que se protegen los derechos de los ciudadanos, y se respeta el carácter sagrado de la humanidad: la nuestra es la madre de todos los hombres libres y justos, sin distinción de origen o condición”. El 2 de septiembre, en Plato, por sus servicios a la patria, erige como Villa al pueblo de Plato. El 14 octubre, Simón Bolívar haría una Proclama a los colombianos desde Carache y el 21 del mismo mes, en Escuque, haría otra proclama a los corianos invitándoles a acogerse a las banderas de la patria, donde se consignan las siguientes frases: “Contad con el olvido de lo pasado y con el corazón de vuestros hermanos del ejército libertador”; “El fruto de la injusticia es amargo para todos”. Luego, el 26, propone bases para el armisticio iniciado por el general español Morillo. Posteriormente, el 2 de noviembre, Morillo toma la ofensiva y bate a los hombres del patriota Reyes Vargas en Corora. El ejército libertador permanece en Carache. Al día siguiente, Simón propone al general chapetón un tratado de regularización de la guerra. Días después, el 20 de noviembre, Morillo propone de nuevo la suspensión de armas; el Libertador conviene. Tres días más tarde, Simón expresaría: “En las guerras civiles es donde el derecho de gentes ha de ser más estricto y vigoroso”. El 26 del mismo mes se hacen los tratados de armisticio y regularización de la guerra y al día siguiente se da un hecho histórico: en Santa Ana, se entrevistan los generales Morillo y el Libertador, acordando elevar en el sitio un monumento conmemorativo al acto… al no haber ninguno, mandan a sus hombres a arrastrar una pesada roca en el lugar donde se saludaron por primera vez. Luego cada uno parte por su lado, después de despedirse cortésmente y de hablar de los malos ratos que se hicieron pasar uno al otro, al frente de sus respectivos ejércitos.