Como muchos de Ustedes ya sabrán, tanto en Palestina como en Colombia se pactaron unas treguas, con diferencias entre una y otra pero ambas muy bienvenidas para quienes no criticamos a nuestros herman@s de lucha. En el primer caso es un triunfo político de Palestina (en cabeza de Hamas) sobre la entidad sionista. La heroica resistencia Palestina no solamente demostró el poder de convocatoria mundial para aislar el sueño de EEUU, sino también demostró avances militares muy importantes para la correlación de fuerzas en el conflicto por su independencia, no con esto negándonos a que la entidad sionista tiene una maquinaria para masacrar civiles y que la cárcel en la que se convirtió Palestina sigue su martirio.
Si bien pareciera que la raigambre del conflicto palestino-sionista es más complicada que la del conflicto social y armado colombiano, la renuencia de la oligarquía para responder gestos de paz con gestos de paz deja ver que la élite colombiana solo tiene represión como “ibuprofeno” social. Definitivamente un triunfo insurgente ante el mundo y el país, donde los bombardeos indiscriminados -que así den, por fin, en sus blancos- de nada sirven puesto que militarmente las FFAA pierden más hombres en proporción con los que pierde las FARC-EP. Y políticamente, cada intervención, imagen y documento guerrillero hace trizas las pobrísimas pociones de la oligarquía criolla.
Bienvenidas sean las treguas pero no perdamos el norte que sin igualdad y justicia social estas treguas no pasarán ser buenas intenciones… sin los dos condicionamientos anteriores, la guerra perdurará. Es menester de los pueblos que hagan presencia junto a las partes en choque para encontrar soluciones SOCIALES realistas.
¡A las calles a exigir lo que es nuestro… esa es la verdadera Paz con Democracia!
