miércoles, 18 de mayo de 2011

OFERTA Y DEMANDA EDUCATIVA: PONENCIA YUCA BRAVA

En Colombia existen 30 universidades públicas y un número cercano a 200 de carácter privado. Ahora, según estadísticas de la Unesco, tan solo se matriculan en las universidades 23 personas por cada 1000 habitantes (en términos per cápita), mientras que la población analfabeta mayor a 15 años es de 52,385 por cada 1000 habitantes. La educación superior no alcanza siquiera a cubrir el 20% de la población entre los 18 y 24 años y solamente el 12% del 50% de la población más pobre logra acceder a este tipo de enseñanza y de estos 2/3 lo hacen en entidades privadas que concentran en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y Tunja el 73% de su oferta educativa, mientras que en las ciudades periféricas su oferta es poca o nula. Aún así, este tipo de universidades, para 2008, tenían matriculado el 50% de los estudiantes del país –para el caso de los colegios privados era del 30%. Es de tener en cuenta, según datos del Observatorio de Universidad Colombiana, que los centros educativos privados, entre 2007 y 2008, el 85% de universidades privadas sobrepasaron lo acordado para el IPC o aumento de matrícula –aumentos mayores al 8% mientras que los salarios aumentaron menos del 5%, fuera del aumento en servicios, bienes y otros. Ahora, para hablar de demanda en la educación superior también hay que hablar de la oferta y demanda en niveles inferiores donde las estadísticas tampoco son favorables: según datos Banco Mundial apenas el 33% de los niños en capacidad de entrar a un colegio para pre-escolar, lo pueden hacer. El resto, sencillamente se queda sin educación.

Entre 2002 a 2006, según el Senador Jorge Enrique Robledo, a la Universidad Pública se le impuso aumentar en un 58% el número de estudiantes pero las transferencias a las mismas disminuyeron en un 39%, en términos reales. Casos como el de la Universidad de Caldas, ilustran que la oferta de empleo al profesorado tampoco es favorable: mientras los estudiantes en dicha Universidad –patrón que se repite en las demás- aumentaron en un 35%, para el caso de profesores incrementaron en un 12% pero ninguno fue de tiempo completo.

A los anteriores datos hay que aumentarle que en el texto Colombia 2006- 2010: una ventana de oportunidades, una de las conclusiones a las que llegó el Banco Mundial para sus recomendaciones a Colombia, en el año 2007 –año en el que Uribe presentó su Plan de Desarrollo, antesala del actual-, fue la siguiente:

• Invertir en la gente: elemento clave de la agenda de competitividad. ¿Está preparada la juventud colombiana para enfrentarse a un mundo competitivo e integrado? El nuevo paradigma de libre comercio demanda nuevos niveles de calidad y cobertura de servicios educativos. Un salto cuántico en la calidad educativa, por ejemplo, tendría impactos positivos a largo plazo sobre la posición competitiva de Colombia en los mercados, tanto regionalmente como a escala mundial. (Cursiva es del texto).

Con la nueva ley de educación, denominada “reforma a la ley 30 de 1992” es claro que la educación se privatiza, se mercantiliza y tiende a su elitización, donde los rubros para acceder a la educación universitaria no provienen del Estado sino de los estudiantes y sus familias, cerrando las posibilidades de acceso o no quedando más remedio que endeudarse vía préstamos universitarios, cosa que se ha vuelto un UPAC para los universitarios.

Ahora como expone el texto del Banco Mundial, la educación es considerada un bien para el libre mercado. Veamos con ejemplos concretos qué ha sucedido en otros lugares del mundo, un caso latinoamericano y un caso europeo: para el caso de la Universidad de Puerto Rico (UPR), desde el año 2010 se implementaron políticas mercantilizantes y la cuota de inscripción de la universidad se incrementó de 49 a 800 dólares. En el caso del Reino Unido, en 2010, el parlamento aprobó el aumento de matrícula 3000 a 9000 libras (un aumento de 4700 dólares a 14000 dólares). Al igual que en Colombia, en ambos países hubo protestas estudiantiles que tuvieron –y tienen- gran aceptación social. Para el caso colombiano, la media de la matrícula es de 1’680.000 pesos y existe el estimativo de que aumente en menos de tres años a 2’200.000 pesos.

Según los datos del Profesor Luís Aurelio Suárez Montoya “En 2000, por cada peso que el Estado entregaba a la Universidad Nacional (UN), ésta colocaba 30 centavos, en 2007 la contribución de la UN subió en esa relación a 82 y para 2010, con todas “las concesiones” presupuestales, la proporción cambiará de sentido, UN pondrá 1,1 por cada peso del Gobierno Central. Y, entre 2000 y 2007, las transferencias del Presupuesto Nacional crecieron, en pesos reales, el 17%, mientras los recursos generados por la UN lo hicieron en más del 300%. Es decir, el aumento en cobertura y la “tarea meritoria en términos de calidad e investigación” han corrido más por cuenta de los recursos de las universidades”.

En ese orden de ideas, el Plan Nacional de Desarrollo y la actual propuesta de ley de educación buscan la privatización, mercantilización y elitización de toda la educación con la tesis de que las entidades con ánimo de lucro sean partícipes tanto en la financiación como en la dirección de las universidades colombianas y consecuentes a las recomendaciones del Banco Mundial la educación no será para forjar un Estado sino capital humano para el libre mercado.